¿Quién dijo que la pizza tiene que ser sinónimo de alimentos prohibidos? Muchas veces, la idea de comer pizza suele estar asociada con engordar, pero eso no tiene por qué ser así. La clave está en cómo se cocina.
La primera es tan obvia que no la meteremos en la lista, huye de las pizzas congeladas y de cadenas. No es algo que ni siquiera tengamos que explicar, todos sabemos que añaden cualquier cosa para vender más, desde azúcar a cantidades exageradas de grasa, y son estas las que justamente le han generado la mala fama a las pizzas.
- La primera clave para una pizza saludable es el tipo de masa.
Si quieres evitar engordar, puedes usar una masa hecha con harina integral o mejor aun, una masa a base de coliflor que queda crujiente y nutritiva.
Estas masas tienen un contenido mucho más elevado en fibra y nutrientes que la harina blanca.
Además, las pizzas resultantes son mucho más saciantes, lo que significa que necesitarás comer menos para sentirte satisfecho.
También es preferible una pizza de masa fina que una de masa gruesa ya que la cantidad de ingredientes superará la de harina. - La segunda clave es la cantidad de aceite que se usa para cocinar la pizza.
Muchas veces, se usa demasiado aceite para hacer la masa más crujiente.
Para evitar esto, se puede cocinar la pizza a una temperatura más baja, lo que ayuda a reducir la cantidad de aceite necesario.
Incluso, una vez le coges el truco a la masa, puedes prescindir del aceite en la misma y utilizarlo únicamente sobre la superficie de trabajo al estirarla para darle ese toque crocante y dorado superficial.
Para conseguir esto último, puedes hornear la masa sola pincelada con unas gotas de aceite y luego añadir los ingredientes y de vuelta al horno. - La tercera clave es el tipo de ingredientes que se agregan a la pizza.
Los ingredientes más saludables son aquellos con alto contenido en proteínas, como el pollo, el atún o el salmón.
También se pueden usar verduras como la berenjena, los champiñones o el tomate. Estos ingredientes son ricos en nutrientes y ayudan a mantener el peso.
Aparte de esto, debemos valorar tambien la cantidad y calidad del queso mozzarela que usemos en la pizza, decantándonos principalmente por el mozzarella light.
El queso mozzarella ligero es una variedad de queso mozzarella con un contenido de grasa mucho más bajo que el queso mozzarella tradicional.
El queso mozzarella ligero está hecho con leche descremada, que contiene menos grasa que la leche entera usada para el queso mozzarella tradicional.
Esto hace que el queso sea mucho más ligero en calorías y grasas, lo que lo hace ideal para personas que quieren reducir la ingesta de grasas y por ende calorias en su dieta.
El queso mozzarella light también es una excelente fuente de proteínas. Una taza de queso mozzarella ligera contiene aproximadamente 16 gramos de proteínas, lo que lo convierte en una excelente opción para aquellos que buscan aumentar su ingesta protéica.
Además, el queso mozzarella ligero es una excelente fuente de calcio. Una taza de queso mozzarella ligero contiene aproximadamente 200 miligramos de calcio, lo que lo hace una excelente opción para aquellos que buscan aumentar su ingesta de calcio.
Conclusión
Las pizzas saludables también pueden ser ricas y sabrosas. El truco está en elegir los ingredientes adecuados y cocinarlos de la manera correcta.
Además, aprendimos que el queso mozzarella light es una excelente opción para aquellos que quieren disfrutar de una comida saludable y sabrosa. Es versátil, fácil de usar y se puede usar para preparar desde ensaladas hasta pizzas.
Si sigues estos consejos, podrás disfrutar de una pizza deliciosa sin temor a engordar.